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Nosotros

El origen de nuestras raíces: la familia Balaguer Boronat, desde un viaje a América hasta hospedar en el Valle a grandes personalidades de la época.

Mas del Molí: nuestras primeras raíces en el Valle

Nuestra historia está enraizada en este Valle desde muchas generaciones atrás. En Benimantell, entre sus calles empinadas, los bancales con sus ancestrales muros en piedra en seco, sus pozos de nieve y las antiguas masías rodeadas de olivos milenarios, se instauró nuestra familia.  Allí, en el pueblo, el 27 de noviembre de 1884 nació José Federico Balaguer Miralles (también llamado Pepe Balaguer), uno de los protagonistas esenciales de nuestro legado. Su historia está repleta de viajes: siendo aún un adolescente (con 14 años) emigró a Barcelona y más tarde cumplió el servicio militar en Garrucha (Almería), como asistente del general Kindelan.

A su vuelta a Benimantell, conoció a la que se convertiría en su mujer: Elvira Boronat Pascual. Ella acababa de volver de Argel (con sus hermanas Patrocinio y Consuelo) para cuidar de sus padres, que eran muy ancianos. La pareja se casó el 23 de noviembre de 1912 y puesto que no disponían de muchos recursos, tomaron la decisión de volver a Argel. Elvira aún tenía familiares realizando labores de servicio y, poco a poco, descubrió su gran pasión por la cocina.

Tras su regreso de Argel, el matrimonio labró la finca “El Clot” como aparceros. Pero, tras comprobar que la tierra era poco productiva y difícil de cultivar, José Balaguer decidió emprender un nuevo viaje a Estados Unidos en busca de oportunidades. El 13 de marzo de 1914 llegó a Nueva York, tal y como se recoge en el registro de entrada de la Isla de Ellis.

Un año y medio después, a finales de 1915, José Balaguer regresó a Benimantell con mejores condiciones económicas. Juntos de nuevo, toman en aparcería la finca “El Molí”-una casona rural de planta baja y piso cubierto con tejas árabes y un parral en su fachada-, ubicada a menos de un kilómetro del “Mas de la Mona” y el Castell de Guadalest. El 3 de agosto de 1916 nació su primer hijo, José, y los ingresos seguían sin ser suficientes para mantener a la familia. Para mejorar su salario, y como Elvira era ya muy buena cocinera, decidieron reconvertir el lugar en una casa de huéspedes en 1918: el “Mas del Molí”.

El hostal de la familia Balaguer-Boronat tuvo un éxito rotundo y en 1924 lograron comprar la Masía a sus dueños: Manuel Salort Balaguer y Consuelo Boronat Pascual, que además eran sus cuñados. Durante esta década y la siguiente, “Mas del Molí” tuvo como clientes habituales a importantes intelectuales alicantinos de la época como el literato Gabriel Miró, el compositor Oscar Esplá, el pintor Emilio Varela y otros personajes ilustres como el economista Germán Bernácer o el arquitecto Juan Vidal, entre otros. El entorno inigualable del Valle servía de contexto de grandes tertulias compartidas, en el que se recuerda al molinero Miguel Llorens (conocido como “Miquelet del Molí”). Allí, en la belleza de Benimantell, se inspirarían para escribir “Años y leguas” (Gabriel Miró) o componer la “Sinfonía de Aitana” (Óscar Esplá) junto a los guisos caseros de Elvira y la gastronomía local. Varela pintó “Mas del Molí” en varios lienzos; viendo azules, rosas, violetas, verdes y blancos que jugaban dando movimiento y profundidad a un cielo limpio, infinito e inigualable. “Mas del Molí” también acogió los proyectos arquitectónicos de Vidal, y el silencio del Valle ayudó a la profunda reflexión del economista-humanista Bernácer quien escribió, entre otras obras, su trascendental “Teoría de las disponibilidades como interpretación de las crisis económicas y del problema social.”

Esta generación de genios enriqueció la cultura de una época alcanzando un cenit que no se ha repetido hasta hoy. Atraídos por el mágico lugar del Valle de Guadalest, desde 1918 también llegaron a la Masía El Molí entre otros Rogelio Campos, Carlos de Rojas –Conde de Torrellano y Marqués del Bosch–, Ramón Múgica, Rafael Beltrán, Agustín de Irizar, Pepe Chápuli, Rey Pastor, Manuel Tormo, Daniel Bañuls y Pepe Juan. Por los lugareños se les consideraban les “señorets fadrins”.

Solo la guerra civil española, en 1936, logró cesar la vida turística y artística de “Mas del Molí”.

Vistas al Castillo de Guadalest

“Masos” el legado del Valle de la familia Vidal-Balaguer

“Mas del Molí” vuelve a abrir sus puertas en 1953 como pensión para el verano, en la que se incluyen de 6 a 7 habitaciones. Los responsables de la reapertura de la Masía fueron José Balaguer Boronat -conocido como ‘Pepet’ e hijo de Pepe Balaguer y Elvira Boronat-, su esposa Carmen Solbes y sus dos hijos José María y Carlos. Entre 1952 y 1953 se instaló cerca de la finca del Molí un campamento del Frente de Juventudes, que provocó un aumento de la demanda por los familiares que iban a visitar a sus hijos.

El resto de la familia Balaguer-Boronat también formó parte del crecimiento de las Masías. María Milagros, la hermana de Pepet, conocida como “Marieta del Molí” heredó las dotes culinarias de su madre Elvira y rápido se convirtió en una excelente cocinera. Junto a su marido, Emilio Vidal, empezaron a explotar la otra masía familiar: “Mas del Clot”. A la que se añadieron varias fincas de su marido -como “El Pi”- acumulando más de 14 hectáreas para el patrimonio familiar del Valle.

María y Emilio tuvieron 5 hijos: Javier, Emilio, Pepe, Juanfer y Sergio Vidal Balaguer. Los hermanos, con su prima Mari Carmen Balaguer, ayudaron durante años a su tío Pepe como camareros en “Mas del Molí”, que permaneció abierto hasta que Pepe Balaguer y su esposa Carmen se jubilaron en 1986. Sergio Vidal Balaguer, el pequeño de los hermanos, trabajó en ella todos los fines de semana y todos los veranos desde los 12 años hasta su cierre. El valor de sus recuerdos de infancia, impulsó a Sergio y sus hermanos a rescatar su tradición.

El proyecto Masos, aúna la tradición turística de sus masías (a las que se suma la finca vecina “Mas de la Mona”) y el amor por la gastronomía de sus tierras, de las que se extraen nuestros aceites de autor. La pasión por el buen vino, -que heredamos de nuestro padre Emilio y también de nuestros abuelos Pepe y Batiste- nos han inspirado para crear nuestra bodega. Una tradición que perpetuamos, con mucho cariño, muchos de los miembros de nuestra familia:

  • Javier, gestión del cultivo de las tierras
  • Emilio, elaboración de los aceites y vinos en la Almazara y Bodega
  • Pepe, elaboración de los proyectos y los planes de recuperación de las tierras y bosques
  • Juanfer, comercialización de las frutas y verduras directa a cliente.
  • Victoria, gestión de la Almazara y gerente de Aceites.
  • Ángela, diseño y creatividad.
  • Batiste, proyectos de instalaciones y sostenibilidad.
  • Sofía, como Asesora de Calidad.

Una experiencia única que brinda homenaje a todos aquellos que trabajaron por nutrir nuestras raíces en el Valle de Guadalest.