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El Valle de Guadalest

Cuando hablamos del Valle de Guadalest nos transportamos
a un entorno único, caracterizado por un paisaje y clima
extraordinarios.

Cuando hablamos del Valle de Guadalest nos transportamos a un entorno único, caracterizado por un paisaje y clima extraordinarios.

Más allá de las vistas

En el Valle de Guadalest se han catalogado más de 1500 especies de plantas superiores. Destacan multitud de especies aromáticas y medicinales, como el tomillo, el romero, la salvia, el espliego o el fresnillo, entre otras. También podemos encontrar olivos milenarios, carrascales, fresnos, arces, tejos, etc. Dada su valiosa flora, gran parte de la sierra de Aitana está protegida por interés botánico. Es importante mencionar uno de los escenarios más hermosos que el valle ofrece, el de los almendros en flor, fenómeno que transcurre entre finales de enero y marzo y que tiñe la sierra de blanco.

En el municipio alicantino de Guadalest, uno de los pueblos más bonitos y singulares de la provincia, diferenciamos fácilmente dos barrios: el del castillo, situado en lo alto de un peñasco a 595 m de altitud y protegido por la antigua muralla, que conserva su carácter medieval; y el del Arrabal, que se creó posteriormente, cuando la población aumentó y se trasladó a las faldas de la montaña.

El Castell de Guadalest fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1974 y, posteriormente, Bien de Interés General. Las casas encajadas en la roca dominan el extenso valle, enmarcado por las sierras de Xortà (1218 m) y Serrella (1379 m) al norte y sierra Aitana (1558 m) al sur. Estas sierras, declaradas como Lugar de Interés Comunitario, rodean un embalse emblemático de la zona que enriquece las hermosas vistas admiradas por los visitantes.

No hay duda de que el Valle de Guadalest constituye un entorno excepcional, con una gran riqueza natural, unas vistas de ensueño y un gran atractivo turístico.

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